¡ECUADOR CAMPEÓN DEL MUNDO!
By: Wilson Herrera
¡Ecuador campeón del Mundo!, es una obra que
estoy escribiendo para hacer despertar la Ilusión de los ecuatorianas y
ecuatorianos, despertarles de esa renguera con la que hoy por hoy vemos en la
selección, sobre todo en su última línea, la línea defensiva. Visto lo visto
desde los ojos de quienes dominamos esta ciencia, la ciencia del Fútbol; lo
sucedido ayer ante la selección chilena fue una vez más una decepción, pero aún
así, pese a todas estas falencias que seguro tienen que mejorar y mientras más
pronto mejor, ya se encuentra clasificado directamente para el Mundial de
Brasil 2014 alcanzando la última plaza al empatar con puntos ante la celeste de
Uruguay, y que solo la diferencia de goles hicieron que se sellara entre
clasificación directa (cuarta plaza) y repechaje.
En momentos (x) de los partidos, parece que
las ganas de soñar se nos olvida, parece que las ilusiones por llegar a estar
entre los más grandes de los grandes se disipa, o es que a veces creo que ni
siquiera nadie se ha imaginado, nadie parece ya creer en un sueño tan bonito y
maravilloso que sería ver a nuestra tricolor del Alma consagrarse en el podio convertido en un
gran Campeón del Mundo.
A veces creo que hasta el Himno nos hemos
olvidado, que ni siquiera recordamos la letra, esa letra, que al quien siente los colores
nos hace vibrar de Emoción y Alegría. Somos conocedores que todo sueño con
trabajo, esfuerzo, sacrificio, lucha diaria, esmero, tenacidad, perseverancia,
dedicación, inteligencia, unidad, compañerismo, pero sobre todo sintiendo con Amor los colores amarillo azul y rojo que es
el símbolo más grande y preciado de nuestra identidad; y más aún, para el
ecuatoriano que desde pequeño amó a su tierra, a su gente, sus costumbres, sus
tradiciones, su música, sus bailes, sus páramos, sus colinas, sus valles, sus
montañas, sus ríos, su mar, sus volcanes, su comida; para el ecuatoriano/a que
ama a su pueblo, a su tierra, es humillante
tener que ver lo que pasa en
determinados minutos del partido; ¿no sé si es la fatiga que hace efecto en los
jugadores?, pero ese bloqueo que sienten es desesperante, e inclusive alarmante
si se pretende escribir con letras MAYUSCULAS una gran historia deportiva a
nivel Mundial.
Yo desde lejos del suelo ecuatoriano, siento
este partido Chile–Ecuador, como un partido que servirá de mucho para sacar
grandes conclusiones, y aprender de estos dos puntuales errores, ya que ésta
imagen de fútbol, de futbolistas está traspasando fronteras, traspasando
continentes. ¡Hoy, no solo nos mira Latinoamérica!. Menos mal que contamos con el jugador más veloz del mundo, quien nos
devuelve ese sentimiento de identidad, ese jugador que puede llegar hacer magia
dentro del campo y regalarnos esa bonita jugada que permite dar cátedra en esta
ciencia a todos. Llevo años disfrutando de este deporte, y no había visto a
ningún jugador que hiciera lo que hizo, ese descaro con que recogió el balón,
la velocidad con que se desmarcó en carrera desde propio campo, y el pase
milimétrico como si lo hiciera con la mano para entregárselo al tanque Felipao,
y éste, con la gran precisión como si se tratase de un doctor con su
bisturí, rematara el balón entre las
piernas del portero, haciéndole un caño magistral que dio el tanto del Honor en
suelo chileno y la jugada más importante de un partido nada agradable que
clasificaba a ambas selecciones en tercero (Chile) y cuarto lugar (Ecuador)
respectivamente.